Mi diente de león
Como cuesta soplarte mi diente de león,
Me cuesta consentir para que sigas siendo libre.
Pero le digo a mi reflejo estampado en una gota,
“¡Qué persona tan simple eres!,
¡Qué mortal tan ciego eres! ”
Si me enamoré de tu esplendor
De la grandeza de tu desplante,
De la flor que fuiste, de la estrella que eres.
Mas, ya no me preocupo, si codicias solo mi aire,
Porque taso como vuelas, aprecio como ensueñas.
A pesar de todo, es verdad…
Que cuando dejas someter tus ligeras semillas a mi viento,
Descubro que lo más bello,
Es tu libertad.
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Anónimo -